Sugerencia

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jueves, 18 de marzo de 2010

DOLSET, H.: En el Corazón del Debate sobre la Feudalidad: Las Clientelas Militares (Unidad 3)

    • Introducción

En los años noventa surgió un debate que puso en duda la validez de las nociones “sociedad feudal” y “sistema feudal”. Debido a estas críticas los medievalistas debieron preguntarse sobre las propias instituciones feudales.

--Instituciones: conjunto de estructuras cuya finalidad es regir la vida de los individuos y los grupos sociales. La palabra institución nos lleva, pues, a la de dominación. Lo que toma un relieve particular en la sociedad medieval, intensamente polarizada entre señores y campesinos. En el caso que nos ocupa, estas instituciones estarían centradas en el feudo, instrumento de la dominación que la aristocracia ejercía sobre el campesinado.

--Feudo: el feudo, según Dolset se define como una tenencia militar o una tenencia noble. Así si nos atenemos al sentido más comúnmente admitido de feudo, es decir el bien concedido por un señor a un vasallo en contraprestación a la fidelidad y a un servicio, la dominación que ponen en práctica las instituciones feudales es la de la alta aristocracia sobre la aristocracia subalterna.

--Milites: los miembros de la aristocracia subalterna (milites) se encuentran en el centro del debate. En realidad constituyen un estrato intermedio entre la alta aristocracia y el campesinado. Así pues queda claro que a la fractura o cesura “clase campesina/case aristocrática” le corresponde la fractura o cesura “alta aristocracia/baja aristocracia”. El problema entones es doble. Pero hay algo más importantes: los milites son los primeros afectados por las instituciones feudales, ya que se trata de un grupo constituido esencialmente de vasallos y cuyo principal medio de subsistencia y de cumplimiento de su deber vasallático es el feudo.

--Vínculos feudovasalláticos: en consecuencia, el estudio de las clientelas aristocráticas hace indispensables el de los vínculos feudo-vasalláticos, pero el interés de estos no se limita al grupo aristocrático: la posición intermedia que los milites ocupan en la sociedad y su papel clave incitan al historiador a preguntarse si los vínculos feudo-vasalláticos tuvieron un papel determinante en la estructuración del conjunto de la sociedad.

    • Emergencia y afirmación de las clientelas armadas

--Época carolingia: en ésta época, los personajes más poderosos se rodean de una guardia personal de guerreros vinculados a ellos por una relación de encomendación y por un juramento de fidelidad. Estos guerreros reciben varios nombres, ente ellos el de vassus, palabra derivada del celta gras que significa “muchacho, chico”, no desprovista de connotaciones serviles en su origen y que se aplicaba a sirvientes domésticos y/o armados. Al mismo tiempo, el soberano emplea tropas de guerreros –denominados también vassi- instalados en un beneficio, término que designa una tierra concedida a un vasallo a raíz de su encomendación.

Pero hay que distinguir este vasallaje público que caracteriza al ejército carolingio, de la mesnada real y de las clientelas aristocráticas.

Con el tiempo, comenzó a establecerse una confusión entre el orden público y los vínculos privados que debieran reforzarlo: Carlomagno hizo prestar juramento de fidelidad a todos los hombres libres de su reino, tomando como modelo el juramento vasallático. Dicha medida fue acompañada de la incitación a los hombres libres a que se encomendaran a vasallos directos del rey, bajo cuya dirección irían a la hueste y a los que pagarían impuesto.

Así en la época carolingia existían clientelas militares, pero no tenían el monopolio de la guerra, a pesar que su papel ya era preponderante, y la relación de dependencia no se traducía sistemáticamente en la concesión de un beneficio.

--Beneficio/feudo: el beneficio no dominaba todavía la relación entre señor y vasallo. Por otro lado hay que tener en cuenta que, cuando aparece antes del año mil, la palabra feudo no significaba exactamente “beneficio”. Por ejemplo, la utilización de foedum en lugar de beneficium no se generaliza en las regiones septentrional hasta finales del siglo XI, y en las regiones meridionales (Languedoc, Cataluña) la palabra feudo designa en el siglo X un bien fiscal que se concede como remuneración por el ejercicio de una función pública, lo que puede dar lugar a un juramento de fidelidad.

--Feudo = beneficio / milites: tiempo después el término adquiere su sentido clásico. Pero es también alrededor de este mismo período cuando la palabra miles adquiere una importancia completamente nueva.

    • La palabra miles y su ambigüedad.

--Contexto: durante el siglo X se produce un debilitamiento del poder real a beneficio de la alta aristocracia (duques y condes) que desemboca en una parcelación todavía mayor del poder: la aristocracia local confisca y privatiza la potestad real de ordenar, constreñir y castigar (poder banal). La nueva aristocracia se apoya en una nueva clase, la de los milites, los caballeros armados, que emerge como clase en la misma época.

--Interpretaciones acerca de la proliferación de la palabra miles en los documentos:

    • Interpretación dominante: (duby-Génicot) afirma que la irrupción de esta palabra en los documentos atestigua la aparición de un grupo social compuesto de profesionales de la guerra al servicio de la aristocracia.
    • Barthelemy: explica el fenómeno, en contra de la interpretación dominante, por una sobrevaloración de las fuentes conservadas, ligadas al auge del patrimonio de los establecimientos monásticos. El empleo de la palabra miles reflejaría el renacimiento de los estudios y el prestigio de la cultura latina: miles sería preferido a vassus porque éste término procede de la lengua vulgar. Además atribuye la moda de la palabra miles a la predilección de los clérigos por la teoría carolingia de las dos milicias, la militia secular y la militia eclesiástica.

--Discusión: origen social de los milites:

  • Opinión dominante: los milites son en su mayor parte campesinos acomodados, ricos alodiarios capaces de pagarse un equipamiento militar y aptos para ser reclutados por los miembros de la aristocracia castral que necesitaba brazos armados. Otros milites proceden del patriciado urbano, en particular allí donde el dinamismo económico favoreció la existencia de un tejido urbano. La propia palabra miles implica la idea de dependencia, ya que el verbo militare comporta en sí mismo una connotación de servicio.
  • Barthelemy: la palabra milites sería utilizada en un principio para calificar a los más altos cargos aristócratas. En su opinión la militia engloba a todos los reyes, duques, condes y vizcondes y si ello se aprecia tan raramente en las fuentes sería porque estos altos personajes aparecen ya a través de títulos lo suficientemente prestigiosos como para que sea útil añadirles el de miles. Además, Barthelemy afirma que la posición de vasallaje de numerosos milites nos inclina a verlos como socialmente modestos, olvidando que el vasallaje existe en todos los grados de la escala aristocrática.
  • Posición intermedia: (Duhamenl- Amado) defiende para la mayoría de los casos un rigen noble pero oscuro de dichas familias; se trataría en particular de linajes nobles modestos, empobrecidos o desclasados.

--Discusión: condición social de los milites: la traducción de “miles”por “caballero” es fundamentalmente ambigua ¿Estamos ante un simple caballero, un profesional de la guerra o bien un auténtico caballero, un miembro pleno de la aristocracia?

  • Barthélemy: para él no hay diferencia entre miles y vassus, lo que debilitaría la idea de una militarización repentina. Afirma que la superioridad social de los milites no reposaba tanto en la fuerza armada como en factores económicos (riqueza) y políticos (poder) de los que poseía la exclusividad.
  • J.Flori: cree que estos hombres (los milites) nuevos están confinados a una posición humilde, y una auténtica barrera les separa de la alta aristocracia.
  • Barbero: considera que se asocian muy rápidamente a los antiguos magnates, con quienes comparten intereses de clases y actividades.

Este debate refleja las contradicciones internas de la sociedad aristocrática: los barones debían atraer a sus fieles que les servían con abnegación y les estaban supeditados; el servicio vasallático debía crear vínculos muy fuertes, pero al mismo tiempo reforzaba en el magnate la conciencia de su propia nobleza. Así, un mismo personaje podía amar y al mismo tiempo despreciar a sus homines.

Llegamos con ellos a la PARADOJA de que cuanto más humilde es el origen de los vasallos, más frecuentan a su señor más obtienen de él cierto poder y forman un grupo compacto y solidario, y en cambio, más crece la fosa interna que les separa.

    • Las clientelas armadas y la violencia

Para los que defienden la mutación feudal, los castellanos utilizaron a los caballeros para dominar el territorio de la castellanía. Se trataba en realidad de defender y extender el poder señorial ante los señores vecinos y de imponer este poder a los habitantes del territorio. Esta voluntad de dominio dio lugar aun estallido de violencia en forma de guerras entre miembros de la aristocracia por intermediación de sus tropas castrales.

--Violencia contra los campesinos: en esta época el dominio de la actividad guerrera con una nueva forma de combatir (caballería),que exige un entrenamiento intensivo loase inaccesible a los que trabajan la tierra. Son embargo, dice Dolset, la principal forma de violencia no es probablemente la intraaristocrática, sino la que se dirige contra los campesinos. Los milites presionaban al campesinado y le extorsionan con nuevas cargas totalmente arbitrarias. De estas exacciones, numerosas y variadas, la principal es al talla(o también llamada tolta, questa o forcia). Punto de vista de Bisson: según el los milites tienen una inclinación natural a la violencia: deben escapar al trabajo s no quieren ser tratados como campesinos y, para marcar las diferencias, han de rebajar el estatuto de los campesinos, incluso esclavizándolos. A escala del señorío, el pago o exención de cargas banales es un criterio infalible de distinción entre los que trabajan la tierra y los que hacen servicio de armas. Este punto de vista se ha expresado como reacción al de Barthelemy, inclinado a disminuir la separación entre milites y campesinos. Visón llega incluso a suponer que los milites, sirviendo a su señor, pueden tener como ideal la imagen del interés público.

--Violencia intraaristocrática:

    • para Wickham los conflictos de principios del siglo XI se limitan casi exclusivamente a oponer las élites terratenientes entre sí: los señores más importantes, los aristócratas legitimados por la detención de un cargo público en contra los que carecen de él, las élites clericales contra las laicas.
    • En cambio Bisson sólo cree en una revolución política en las esferas de poder y en un conflicto que opone, por un lado, a caballeros en lucha por la adquisición de una respetabilidad y, por el otro, a príncipes y reyes que intentan imponer sus prerrogativas señoriales apoyándose en la antigua noción de orden público. Estos milites, según Bisson desarrollan una teoría razonada dela ciolencia APRA autojustificarse.
    • Barthelemy ha insistido en que la mayor parte de los testimonios proceden de fuentes eclesiásticas y que debemos interpretarlos como recriminaciones de los clérigos ate las usurpaciones de las que son víctimas. Además ha insistido en que las relaciones feudo-vasalláticas son para él tanto instrumento de paz como de guerra.

--Los milites y la Iglesia:

  • Reuter: en su búsqueda de legitimidad las relaciones de los milites con la Iglesa son fundamentales, ya que según Reuter la Iglesia era la única institución que podría representar una supervivencia del antiguo orden público.
  • Barthelemy: para él, el objetivo principal que perseguía e movimiento de la Paz de Dios era la defensa de la Iglesia y el mantenimiento del orden social.
  • Bonassie: para éste, en cambio, este movimiento nació de la iniciativa campesina pero la iglesia se lo apropió borrando sus elementos subversivos.
  • Flori: pero Flori, ve en todo ello el fruto de una alianza entre el alto clero, víctima de agresiones señoriales, y los príncipes laicos, inquietos ante el ascenso del desorden, que ya no pueden contener.
  • Duby: (con ésta posición está de acuerdo Dolset) para él la paz de dios estableció en el seno de los laicos una distinción neta entre los débiles que había que proteger y los milites culpables del desorden y llamados a limitar su violencia con juramentos colectivos. Gracias a este movimiento de Paz, en el que la violencia se delimita más que se anula, y también gracias a la ideología de los tres órdenes que se afianza en el siglo XI, la Iglesia legitima la utilización delas armas y la dominación del pueblo por la aristocracia.

Así pues, la multiplicación del número de milites es la causa del estallido de violencia que vive el siglo XI, y va acompañada de la multiplicación e los vínculos feudo-vasalláticos en la sociedad, de manera que sólo se puede hablar de sociedad feudal a partir del siglo XI, y ello en cuanto el feudo se convierte en el eje de la relación feudo-vasallática en la misma época.

· Tensión y extensión delos vínculos feudo-vasalláticos

El vasallo está unido a su señor mediante una relación dinámica de dominación y reciprocidad, y en la que el feudo es la piedra angular. La palabra homenaje (hominum) aparece en los textos a partir delos años 1020 sustituyendo a la antigua encomendación. En el último rito del homenaje, la investidura del feudo, el señor entrega al vasallo un objeto que representa el feudo. Mediante estos ritos se sellan los derechos y deberes de cada parte: el vasallo no debe perjudicar a su señor y ha de proporcionarle ayuda militar y consejo, además de intervenir en caso de problemas financieros como políticos judiciales. Cuando aparece esta investidura precede precisamente al homenaje, lo que demuestra la importancia de feudo en la determinación de los derechos y deberes del vasallo. Como demostró Debas, el fundamento de la relación feudo-vasallática es el castillo. El juramento de fidelidad se jura por el castillo que se tiene en feudo, y comprende casi siempre el compromiso de devolverlo a petición del señor.

Pero Raynolds:

--ha puesto en duda los principales elementos de la ceremonia feudo-vasallática: la investidura no significaría la existencia del feudo ya que la concesión de tierra podía hacerse bajo régimen de posesión.

--ha discutido el carácter feudal dela sociedad de la Edad Media central, ya que en su opinión el vocabulario de las fuentes plantea un problema de difícil solución; la palabra, el concepto y el fenómeno son tres entidades que no se corresponden.

--remarca la dificultad de reconocer el feudo del alodio.

--no concibe el vínculo vasallático como un vínculo privado o personal, sino, al contrario, como un vínculo estatuario determinado por cuestiones de rango social.

--rechaza, sobre todo, la unión del vasallaje con el beneficio y posteriormente el feudo, para ella se trata de una creación tardía que debemos a la tradición universitaria de finales de la Edad Media.

--Por otro lado considera al servicio militar más como una cuestión de rango y situación política que una carga que pesa sobre la propiedad.

--comparte con Fossier, quien encuentra demasiados pocos feudos y vasallos en las fuentes jurídicas de los siglos XI y XII para que la sociedad pueda ser definida como feudal.

Antes estos ataques, los partidarios de la feudalización han reunidos argumentos para mostrar que el feudo no sólo existió positivamente sino que también estaba vinculado al vasallaje y se difundió ampliamente en la sociedad medieval.

  • ¿Un factor que estructura y domina las relaciones sociales?

--Punto de vista de Dolset: preguntas ¿Acaso no sería posible hablar de una más o menos fuerte difusión de la sociedad a la que da forma? O a la inversa, ¿No podríamos hablar de una muy gran adaptación de modelo feudal a determinados caracteres estructurales en la cual se modela? En el primer caso, el modelo feudal habría contaminado el conjunto de la sociedad en distintos grados; en el segundo, él mismo habría sufrido esta contaminación. Pero en ambos casos, lejos de ser marginal, el sistema feudo-vasallático sería omnipresente, y precisamente ésta sería la causa por la cual cuesta discernirlo. En esta contaminación recíproca tiene lugar una verdadera relación de fuerzas, cuya clave residiría en la evicción de un sistema social en beneficio del que se impone como dominante, estructurador de la sociedad. Los esquemas feudo-vasalláticos, entonces, que rigen las relaciones intraaristorcráticas pudieron influir en las relaciones entre señores y campesinos, hasta el puntos de que éstas llegaron a imitar a aquellas.

Pregunta que plantea Dolset ¿Debemos llegar a suponer que el propio origen humilde de la mayor parte de los milites pudo facilitar esta contaminación?

--Parentesco/feudalidad: el parentesco es efectivamente, un factor de estructuración de la sociedad, en la que la solidaridad de linaje y de parentela tiene un papel central en algunos casos. Sin embargo, en la relación de fuerzas entre las dos estructuras –parentesco y feudalidad- fue la feudalidad la que se impuso.

--Solidaridad entre los milites castri: existía una fuerte solidaridad entre los commilitiones (compañeros de armas) del castillo. Sin embargo, también aquí nos damos cuenta deque esas camaderías guerreras están inextricablemente relacionadas con las estructuras feudo-vasalláticas, ya que todos estos tos hombres obedecen al guardián y al señor del castillo.

--Plano económico: es aquí en donde mejor se puede apreciar el papel estructurador de las relaciones feudo-vasalláticas. Nortier afirma que los feudos son bienes fiscales concedidos por los reyes, y posteriormente y a imitación de estos por los grandes señores, a su fieles, y que además las prestaciones banales son antiguas cargas públicas afectadas a necesidades militares. Pero Bonassie, puso en evidencia el vínculo entre feudo y señorío. El feudo tiene interés sobre todo por los diezmos y exacciones banales repartidas entre el señor y sus auxiliares vasallos. Precisamente la importancia del feudo como fuente de rentas. La novedad de estos ingresos procedentes del señorío banal explica la aparición de la clase de los milites, encargada de extorsionar o recaudar esas rentas con las que es remunerada.

Como se ve, las estructuras feudo-vasalláticas no conciernen únicamente a las relaciones intraaristocráticas: sólo pueden funcionar mediante la explotación del campesinado. Pero no estamos en lo cierto si no limitamos al campesinado, porque también se infeudan lezdas, telóneos y peajes que son impuestos sobre el comercio, los transportes que afecta a los mercaderes ciudadanos, etc.

  • El nuevo rostro de la militia y el dominio de una mentalidad feudal.

Para la mayor parte de los historiadores el término de miles remite en un principio a personajes subalternos para calificar a continuación a personajes de la alta aristocracia. El hecho de que los nobles de viejo cuño empiecen a adoptar el título caballeresco constituye la prueba del acceso de los antiguos caballeros a la nobleza. Este acercamiento de los dos estratos de la aristocracia demuestra una interpenetración cultural recíproca. La fusión se sitúa, en general, a fines del siglo XI. Pero el proceso tiene lugar a lo largo de todo el siglo XI t XII: la nobleza reposa a la vez en el nacimiento y la función, sin contar la riqueza, todos ellos factores que en su mayor parte dejan por mucho tiempo fuera de sus filas a los simples caballarii. Solo a través de la alianza con las familias más antiguas mediante la práctica de la hipergamia (boda con la hija del señor), el enraizamiento del linaje y el ejercicio del poder banal sobre un feudo, estas familias podrán acercarse e incluso fusionarse con ellos. Pero, a pesar de todo, el límite entre la alta y baja aristocracia sigue siendo muy marcado.

El siglo XII es el período en que, siguiendo en la estela de la Paz de Dios del siglo XI, la Iglesia intenta moralizar la violencia. A partir defínales de siglo XI, con la institución de la cruzada y sobre todo con la creación de las órdenes militares el discurso empieza a evolucionar: el miles Christi, el monje-caballero, se convierte en un modelo de virilidad que los clérigos proponen a los milites para incitarlos a poner su espada al servicio de la defensa de la Iglesia y de los débiles. La integración progresiva de la clase de los milites en la nobleza y de la clase de los nobles en la nueva caballería tiene como causa y efecto una homogeneización moral y espiritual de la aristocracia, en este sentido Duby pudo definir la feudalidad como una mentalidad formada en el pequeño mundo de los guerreros que poco a poco se han convertido en nobles.

Como vemos, los milites tuvieron un papel fundamental en la génesis de las instituciones feudales, tanto si tomamos esta palabra en su sentido estrictamente jurídico como en su sentido social más amplio. Por su propia naturaleza, el sistema feudo-vasallático elevó a los milites a una condición social superior, manteniéndolos al mismo tiempo en una estrecha subordinación: es la paradoja contenida en la expresión “dependencia honorable”. Pero los milites supieron hacer bascular el equilibrio precario entre feudo y vasallaje en provecho propio convirtiendo al feudo en el instrumento de su enraizamiento en la aristocracia y de su integración en la nobleza, lo que era indispensable de una degradación de un vínculo de dependencia, que les aferraba demasiado a una condición subalterna. En esta tensión continua, el feudo (y por lo tanto el vasallo) acabó por ganarla partida al vasallaje (y por lo tanto al señor). Esta victoria comportó una relajación del vínculo feudo-vasallático, corolario indispensable para la homogeneización de la clase aristocrática. Pero este reforzamiento del señorío real (sobre la tierra) en detrimento del señorío personal también sacó a luz la importancia que para el conjunto de la aristocracia tenía el señorío banal, que, por su propia esencia se ejercen un marco territorial. Será precisamente en el ejercicio del señorío banal donde la aristocracia encontrará su más fuerte cohesión: los intereses comunes implican una solidaridad de clase, tanto horizontal entre los distintos linajes amigos o rivales como vertical entre la alta y baja aristocracia.

Las instituciones feudales pueden concebirse, por lo tanto, como el conjunto de las estructuras que regulan en el seno del grupo aristocrático el ejercicio del poder y el reparto de los beneficios. Solo este vínculo orgánico entre el feudo y el señorío banal puede explicar esta otra paradoja de la feudalidad que no es menor: invade al conjunto del campo social en el mismo momento en que el vínculo feudo-vasllático se distiendo y debilita. Mediante un fenómeno de compensación, las normas y valores feudales que segrega la clase dirigente unida se erigen entonces en mito, el del caballero de prefigura ideal de autocelebración y legitimación social mediante la cual la aristocracia disfrazó la rusticidad de miles inicial y la rudeza inherente al sistema feudal.